Ayer fue una tarde triste, muy triste, con algún destello como ver a buenos amigos, pero a los que no sé cuanto tiempo tardaré en ver.
Una tarde de despedidas, la de mi amigo Coke, al que , pese a seguir sin creerlo , no volveré a leer en mi telegram ni en mi X.
Era la última vez, que iba a una Romareda de la que ya me había despedido, una Romareda en la que pese a lo mal que se nos ha dado este año, aún no había visto como caían derrotados los
nuestros.
Una tarde en la que me despedía de mi compañeros de peña y de penas, zaragocistas.com , de Montse, con la que recordamos a nuestro amigo perdido...
Hasta el cielo se volvió triste, muy triste, y acabó como todos, llorando, de pena y de rabia, casi más de lo segundo.
Yo no quería ir a ese partido, pero en esta vida hay cosas que no quieres hacer, pero que si no las haces sabes que te vas a arrepentir toda tu vida, y esta era una de ellas.
Todo se aliaba para que fuese, un buen amigo me ofreció el abono, mi familia me quitaba obligaciones que tenía para ese domingo, mi mujer se ofrecía a acompañarme en los casi 400 km de ida y
vuelta.
La previa con recuerdos varios a nuestro Coke, al Coke de todos.
Y luego a la Romareda, a la que por última vez entraba por la puerta 9, esa que entré muchas veces y por la que no volveré a entrar, porque habrá una puerta 9, pero no será "esa puerta".
Y ya en la grada, tras los saludos a mis compañeros de peña y grada, comenzaba un partido que no tenía que haber ido.
Cristian en la portería, el regreso de Jesucristian que sirvió de poco o nada.
El resto ... de blanco.
Llegó el 21 , después de que había mirado yo el reloj del partido en muchas ocasiones, me pilló casi por sorpresa , y por sorpresa también, grata sorpresa, mucha ente aplaudió a Coke, el
videomarcador puso su icónica frase, "Que bonito es ser aficionado del mejor club del mundo," y no me sorprendió el aplauso, más que merecido, sino que a veces los que
estamos por las redes pensamos que todo el mundo debe estarlo, todo el mundo debe de enterarse de lo mismo que nosotros, pero en una afición de 28000 socios, y con 23 332 personas en las
gradas se escuchó una ovación que seguro que Coke escucharía sonrojado desde el cielo.
Lo único bueno de la tarde, porque ni el gol de Grau lo fue, acostumbrados a los últimos partidos en los que los goles , además de darnos puntos tuvieron su belleza en la jugado y en la
ejecución, el de ayer fue como lo del Burgos , de rebote. aunque servía para al menos irnos al descanso con esperanza.
Poco duró, nada salía bien, faltaba el alma, el equipo sin cabeza, sin ganas, sin nada, con algún destello de Liso, pero con varios jugadores sumidos en la apatía, jugando andando, fallando pases
, un equipo desangelado ...
Acabó el partido, porque de verdad, no tengo ni ganas de hablar más de él , todos sabemos como.
Y de regreso a tierra comanche, pensando que para un minuto, el mejor minuto, había hecho muchos kilómetros, pero dándolos por bien empleados, a pesar de todo, porque Coke se merecía por mi parte
mucho más que un minuto.
Ahora sí me he podido despedir, he podido volver a sentirte cerca, aunque para ello tenga que apechugar con el recuerdo de que mi última vez en la vieja Romareda vi como caíamos derrotados en un
partido que es mejor olvidar.
De regreso a tierra Comanche, la lluvia y la noche hacían que todo fuese más triste si cabe, triste, todo muy triste, y no estabas tú, para sacarme la sonrisa.